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 El Cronista Comercial

Deuda: el ahorro por los dos canjes es de u$s 40.000 millones en 100 años. Pasaron los bonistas, ahora es el turno del FMI y de definir un plan para recuperar inversores

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La reestructuración de la deuda, entre la externa y el canje de títulos en dólares con legislación local, cuya oferta se presentará en los próximos días, otorgará al Tesoro un ahorro de u$s 39.562 millones en los próximos 97 años.

Así lo calculó un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), que estimó la última propuesta de la Argentina a los bonistas en u$s 55,8 de Valor Presente Neto (NPV), 1 dólar por encima de los u$s 54,8 que se informó.

El perfil actual de los títulos elegibles tenía vencimientos entre 2020 y 2117 por u$s 185.132 millones, entre los u$s 107.789 millones de capital y los $s 77.344 millones de intereses.

El nuevo perfil, en cambio, verá vencimientos por u$s 145.570 millones en ese período; u$s 110.614 millones corresponden a capital y otros u$s 34.956 millones, a intereses.

La reducción en los servicios totales alcanza el 21,4%. El ahorro, claramente, está por el lado de los intereses: se reducen en u$s 42.388 millones, un 54,8%. En cambio, el stock total de capital aumentará en u$s 2826 millones, un 2,6%.

Deuda externa
Los títulos elegibles con legislación extranjera suman actualmente u$s 125.310 millones; son u$s 66.072 millones de capital y u$s 59.239 millones de intereses.

El nuevo perfil acumulará servicios totales por u$s 90.787 millones; entre u$s 67.596 millones de capital y u$s 23.191 millones de intereses.

Se trata de una baja de u$s 34.524 millones (27,6%) en los servicios totales, con un incremento de u$s 1524 millones en capital (2,3%) y una disminución de u$s 36.048 millones en los intereses (60,9%).

Deuda local
En el tramo local, cuya propuesta será oficializada en los próximos días, el actual perfil suma vencimientos por u$s 59.822 millones, entre u$s 41.717 millones de capital (de los cuales el 55% estaría en manos privadas) y u$s 18.105 millones de intereses.

El nuevo tendrá servicios totales por u$s 54.784 millones. A capital corresponderán u$s 43.018 millones y a intereses, u$s 11.765 millones.

Entre 2020 y 2117 millones habrá un ahorro de u$s 5038 millones (8,4%) en los servicios totales. El capital aumentará u$s 1301 millones (3,1%), al tiempo que los intereses descenderán en u$s 6340 millones (35%).

La oferta para el canje de deuda en dólares con legislación local tendrá una propuesta de pesificación voluntaria, en línea con la idea del Gobierno de fomentar la desdolarización y que los inversores ayuden a incentivar el ahorro en pesos.

Una vez liquidado, el Ministerio de Economía avanzará con la subasta de bonos en dólares por hasta u$s 1500 millones, para darle salida a fondos que quedaron atrapados en la curva en pesos y la "infectan".

Los bonos en dólares, que fueron criticados la semana pasada por el ex ministro de Economía y ex candidato presidencial, Roberto Lavagna, serían licitados en septiembre y noviembre.

La primera subasta estaba pactada para este viernes 7 de agosto, pero esperará al cierre de la reestructuración, después del 4 de septiembre.

El Gobierno entiende que fondos como Pacific Investment Management Company (PIMCO) y Templeton entraron durante la gestión anterior a aprovechar grandes rendimientos por el carry trade y ahora podrían desestabilizar el frente cambiario, ya que su demanda natural no es de pesos sino de dólares.

Fecha clave
Este jueves 6 de agosto fue una fecha clave para los dos canjes de deuda, ya que con los tipos de cambio registrados hoy se establecerán las relaciones entre pesos, dólares, euros y francos suizos.

"Con los tipos de cambio de hoy quedaron establecidas las relaciones  entre el dólar, el euro y el franco suizo, que determinan el ratio de canje de deuda externa, según fue acordado con los bonistas", dijo el secretario de Finanzas, Diego Bastourre.

"Hoy fue clave para reflejar los tipos de cambio. Para preservar el criterio del tratamiento más equitativo posible entre los canjes de deuda externa y local, procederemos a ajustar el Tipo de Cambio de Referencia Comunicación "A" 3500 (Mayorista) para la conversión de dólares a pesos en el tramo local", completó el funcionario.

La relación para la pesificación será de $ 72,6950 por cada dólar, según consta en los registros del Banco Central (BCRA).

Pasaron los bonistas, ahora es el turno del FMI y de definir un plan para recuperar inversores

La confirmación del entendimiento con los acreedores externos resultó una bocanada de oxígeno para un país convaleciente, que atraviesa una de las peores crisis económicas de su historia.

La misión que el presidente Alberto Fernández le había encargado a Martín Guzmán cuando le ofreció el cargo de ministro de Economía alumbró, ocho meses después, su primer resultado positivo y, salvo algunas excepciones, despertó algarabía, satisfacción, alivio y cierta cautela en el mercado financiero, miembros del arco político y economistas, según el espacio que ocupen en el amplio espectro ideológico.

En definitiva, empezar a poner las cuentas en orden implica un síntoma saludable tanto para el sector público como para el privado y, necesariamente, requiere reforzar el tratamiento para evitar una recaída que diluya lo conseguido. Y para ello, en un país con un déficit fiscal muy elevado, alta inflación y profunda recesión, es importante definir cuál será el camino a seguir.

Como señaló el ex viceministro de Economía kirchnerista, Emmanuel Álvarez Agis, la "mochila que pesaba 100 kilos" se reduce con la última oferta a 54,8 kilos y recién comenzará a cargarse en 2025, si los acreedores le ponen la firma a lo acordado de palabra. Por delante asoma una negociación con el Fondo Monetario Internacional que podría seguir el mismo camino. Pero que también demandará dar un paso que, hasta ahora, se ha evitado: explicar cuáles serán los pilares de la recuperación económica, cómo se atraerán inversiones, de dónde surgirán los recursos para cumplir con los compromisos externos diferidos y, más aún, cómo se equilibrarán ingresos y gastos para evitar acudir, una vez más, al endeudamiento  que se pretende dejar atrás.

"Ahora tenemos despejado el horizonte", dijo el Presidente, con la esperanza de que la partida de póquer que alguna vez dijo jugar con los bonistas, haya terminado. Pero en la mesa todavía hay cartas que jugar para que el país salga adelante en un escenario tan complicado como el actual, que fronteras afuera ven con escepticismo. La agencia Bloomberg y la BBC, por caso, retrataron el cierre de empresas y la fuga de multinacionales como producto de los controles de precios, divisas y otras formas de intervencionismo estatal, la volatilidad política y la burocracia sindical, entre otras cosas.

El posible rebote que dará el mercado interno el año próximo, si el Covid-19 lo permite, debería ser el envión necesario para encarar un crecimiento de largo plazo, siempre y cuando la economía mundial se recupere rápido del golpe que significa la pandemia de coronavirus y, sobre todo, el Gobierno brinde señales que permitan recobrar la confianza de los inversores e incrementar el comercio exterior. Si no, el riesgo de la recaída en un año electoral será mayor y la alegría por dejar atrás un capítulo más de la deuda externa, una mera anécdota.