Para ver esta nota en internet ingrese a: https://www.debursa.com.ar/a/3533
 Clarín - Economía

¿Por qué la brecha entre el blue y el oficial vuelve a ser el termómetro que miran los economistas? ¿Se frena el rebote?: las restricciones le ponen techo a la economía

La diferencia entre la cotización oficial y la del dólar blue ya es de 70%. El Gobierno deberá evitar que se dispare aún más para mantener el programa económico.

72.jpg

Tomó impulso: brecha entre el dólar blue y el oficial ya es de 70%

Tras la disparada del dólar en sus cotizaciones paralelas de los últimos días, los ojos de los analistas de la City están puestos en la evolución de la brecha cambiaria, que, después de haber tocado un mínimo el mes pasado vuelve a recalentarse. Y, si bien el Gobierno tiene margen para impedir que la diferencia entre el tipo de cambio y oficial vuelva a ampliarse hasta los máximos que se vieron durante 2020, un salto en la brecha puede significar una mayor distorsión en los números de la economía.

La brecha entre el blue y el oficial volvió a ser de 70% este lunes. Aunque el Gobierno no tiene elementos para intervenir en este mercado, si puede hacerlo en el financiero, donde controla la evolución del los dólares paralelos mediante la venta de bonos. Este lunes, tanto la cotización del dólar MEP como del contado con liqui volvieron a subir y la brecha de este último con el oficial ya es de 66,7%,

"Con un esquema de tipo de cambio dual, la brecha es lo más próximo que tenemos al tipo de cambio libre. Y con él, el termómetro más próximo que refleja el funcionamiento de una serie de equilibrios básicos de la economía. Entre otros, el externo", explicó Francisco Mattig, de Consultatio. "Más allá de los incentivos económicos para mantener la brecha en términos estables, el Gobierno persigue un objetivo político: una brecha alta da una señal de falta de conducción y eso es algo que el Gobierno no quiere permitirse en un año electoral", agregó.

La directora de Quinto Inversiones, Paula Bujía, coincidió: "Guzmán tiene como objetivo mantener la cotización del contado con liqui por debajo de $155 y así impedir, aún con un menor ritmo de devaluación del oficial, que la brecha se dispare como el año pasado. Por lo menos, hasta las elecciones", afirmó.

El Banco Central mejoró su performance para hacerle frente a estas presiones devaluatorias en los últimos dos meses, por una mayor liquidación de dólares del campo. Pero la brecha también funciona en este punto como un desincentivo para los exportadores, por lo que mantenerla a raya resulta vital para que la dinámica cambiaria de esos meses pueda extenderse como mínimo, hasta octubre.

Ahora, la mirada de los analistas está puesta en el impacto que puedan tener las nuevas restricciones en la actividad por la segunda ola del coronavirus. Una vuelta a fase 1, aunque descartada en los escenarios de la mayoría de los economistas, puede significar un repunte mayor de la brecha.

"Nuestros ejercicios indican que el Gobierno podría tener la capacidad de llegar a octubre con un nivel de brecha similar al nivel actual, siempre y cuando las trayectorias de déficit fiscal y su monetización no se aceleren", dijo Mattig. "El BCRA podría llegar a octubre con reservas netas US$ 1.000 M inferiores a las actuales, pero pudiendo más que duplicar la intervención en brecha", agregó.

Su colega, Martín Vauthier, de EcoGo, coincidió: "Todo suma. En un contexto donde el riesgo país se mantiene alto, donde hay una presión cambiaria muy significativa que se ve en la brecha, más allá de que el Banco Central esté recomponiendo sus reservas netas; con un balance del BCRA muy deteriorado, después de la financiación monetaria del déficit fiscal del año pasado. Todo puede contribuir a la incertidumbre que haga que los ahorristas se vuelquen al dólar".

¿Se frena el rebote?: los contagios y las restricciones le ponen techo a la economía

En febrero se cortó un hilo que se había extendido por 9 meses. La actividad económica cayó 1% contra enero y dejó claro que más allá del efecto del "arrastre estadístico", la recuperación de 2021 será menos vigorosa de lo necesario.

El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) se contrajo 2,6% en el segundo mes del año en la comparación interanual. El retroceso de 1% contra enero terminó con los nueve meses de recuperación que habían arrancado en mayo de 2020. De esta forma, el nivel de actividad se encontró en febrero aún 2,4% por debajo del primer bimestre del año pasado.

Pese al tropezón, para marzo hay varios datos alentadores. La consultora FMyA menciona la suba de las importaciones (68,7%) y de las exportaciones (32%), más un rebote de la demanda de cemento, las ventas de autos y la recaudación tributaria del mes.

Pero este mes ya empieza a sentirse el efecto de la segunda ola de Covid. "Para abril esperamos mayor estabilidad por el impacto de las restricciones que afectan en mayor medida a gastronomía, ocio y transporte en el AMBA", indica Fernando Marull. Para 2021 mantiene la proyección de crecimiento en 6% ya que, a pesar del alto arrastre estadístico, "en el segundo trimestre repercuten las restricciones por Covid y la sequía".

El año pasado cerró con una caída de la actividad del 10%, pero terminó con el cuarto trimestre con un alza de 4%. Esto deja un efecto arrastre sobre este año, que se profundizará a medida que avance el calendario ya que la base de la comparación será el peor momento de la cuarentena 2020. Así, cualquier alza se transformará en un repunte marcado.

También para la consultora LCG el crecimiento se irá enfriando. "Seguimos proyectando una actividad económica poco dinámica. El retorno de las restricciones debido a la segunda ola de contagios le ponen un techo a la eventual recuperación de este mes".

Por ahora se descarta que las limitaciones a la actividad se asemejen a las de la fase 1. "Si las nuevas restricciones logran ser un 50% menos severas que las implementadas el año pasado sobre Comercio, Hoteles, Restaurantes, Transporte y Comunicaciones estaríamos en un escenario de crecimiento anual del 6,7%, en línea con el arrastre estadístico", estima LCG.

Para alcanzar una reactivación plena "la construcción, el agro y la agroindustria tienen mejores perspectivas, pero no cuentan con el impulso necesario en parte por la falta de demanda y las políticas erráticas", dice la consultora.

Un crecimiento en la línea del 6,5% a 7% "sigue siendo tan marginal que hacia finales de este año la economía seguirá operando por debajo del techo alcanzado en noviembre 2017", marca el economista Guido Lorenzo.

Ecolatina plantea que pese a que hasta ahora las restricciones son limitadas, "esto no evitará que haya un retroceso sobre el nivel de actividad: los comercios achicaron sus horarios, las personas comenzaron a resguardarse más en los hogares y algunas industrias y/o comercios podrían verse obligados a cerrar temporalmente en la medida que haya contagios del personal".

Más gasto social
El aumento del gasto público para enfrentar la pandemia también conspira contra la recuperación. Hasta ahora las ayudas anunciadas incluyen el cobro de un bono para beneficiarios de Asignación Universal por Hijo (AUH) y monotributistas de las dos categorías más bajas, con un impacto fiscal equivalente al 0,1% del PBI. Con una cuarentena rígida, el paquete de ayudas del año pasado rozó 3% del producto.

A esto se suman las restricciones de la política cambiaria. En marzo, con el dólar pisado y la demanda en alza, las importaciones saltaron 68,7%. Si la política de usar al dólar como ancla inflacionaria se profundiza, el "dólar barato" podría hacer crecer aun más las compras externas, lo que podria llevar al Banco Central a cerrar aún más el torniquete.

"Nuestro escenario más probable no contempla una restricción generalizada a las importaciones, pero si se endurecen las trabas para acceder al mercado oficial de cambios, la actividad podría verse afectada, ralentizando la recuperación", señala Ecolatina.

Para esta consultora, "la actividad se recuperará en 2021, aunque más ayudada por bajas bases de comparación que por una recuperación genuina. Proyectamos un crecimiento de 6% en el promedio anual, siempre que los contagios no se disparen: en ese caso, el rebote podría ser menor".