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 Clarín - Economía

Por qué el ataque de Alberto Fernández por la deuda agrega más incertidumbre. Analistas creen que sin el FMI, será difícil mantener el dólar

Mientras el Banco Central se hizo eco de la querella del Presidente, el Ministerio de Economía se mantuvo en silencio y prepara un viaje a Washington.

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Martín Guzmán, más asfixiado

El Banco Central sostuvo ayer que el Gobierno de Mauricio Macri incumplió sus deberes al firmar un acuerdo con el FMI por US$ 54.000 millones. Aseguró que no tenía facultades para hacerlo, que incumplió procedimientos administrativos y pidió investigar si hubo perjuicio al Estado con los US$ 44.000 millones del total que llegaron al país.

El presidente Alberto Fernández arremetió con todo. “He instruido a las autoridades pertinentes para que formalmente inicien querella criminal tendiente a determinar quienes han sido los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y de la mayor malversación de caudales que nuestra memoria registra”.

¿Qué consecuencias puede tener sobre las negociaciones en marcha?

A nivel técnico del organismo no mucho. Las discusiones entre los economistas de Economía, el Banco Central y el FMI continuarán. En las próximas semanas el ministro Martín Guzmán viajará a Washington para avanzar con las conversaciones de un programa de Facilidades Extendidas para refinanciar la deuda.

Sin embargo el comunicado del Central y el discurso del Presidente agregarán incertidumbre a nivel político. Aún cuando el Ministerio de Economía no se hiciera eco del ataque verbal-judicial. Es que en el directorio del Fondo se sientan los representantes de Joe Biden, Angela Merkel, Emmanuel Macron. Las dudas sobre el compromiso real de Argentina de pagarle al FMI -o sea a esos países- crecerán luego de la arremetida kirchnerista de cuestionar la legalidad de letra chica del acuerdo firmado en 2018. Ya no es una cuestión acuerdo después de las elecciones. Guzmán se vería pronto con Kristalina Georgieva en Washington. Aspira a hacer lo mismo con Janet Yellen, la secretaria del Tesoro. ¿Con qué legitimidad cuenta el ministro para plantear un horizonte a cinco años de sus metas plurianuales en materia económica? 

A nivel local, mientras diputados kirchneristas dirán que se incumplieron procedimientos administrativos al firmar aquella vez (presentar dictámenes), en el macrismo aseguran que no se incumplió ninguna norma. El acuerdo se realizó en función del artículo 60 de la ley de administración financiera que habilita a tomar deuda con los organismos financieros internacionales sin necesidad de pasar por el Congreso. De hecho, el propio Gobierno actual mandó un proyecto que se convirtió en ley en el cual se establece una nueva condición para que los acuerdos con el FMI ahora sí cuenten con una autorización expresa del Congreso. En sus considerandos destacó que el acuerdo que firmó Macri en 2018 “al tratarse de un préstamo firmado con un organismo multilateral del que la República Argentina es miembro, no requirió su aprobación por parte del Honorable Congreso de la Nación en virtud de las previsiones del artículo 60, in fine, de la Ley 24.156 de Administración Financiera”.

Por último, ¿hubo acción fraudulenta contra el Estado?

La deuda del Estado no aumentó como consecuencia del préstamo con el FMI. En marzo de 2018 el stock total era US$ 328.000 millones y en septiembre de 2019, después de las PASO, US$ 311.000 millones. “No se fugó. No aumentó. Se usó para cancelar deudas anteriores”, tuiteó el ex ministro Hernán Lacunza.

Las condiciones financieras del préstamo con el FMI siempre son más ventajosas ya que implican tasas de interés más bajas. De hecho hoy Guzmán paga tasas de 3% al FMI y 20% al mercado.

El FMI no presta dinero para que los países hundan esos dólares en stocks (hospitales, rutas, fábricas). Los dos negociadores que enviaron Estados Unidos y Gran Bretaña a la cita de Bretton Woods en 1944 (Harry White y John M. Keynes) pensaron en un sistema global para ‘estabilizar’ flujos de la economía como si fuera un regulador de MW: ante una crisis súbita en la tensión que pusiera en riesgo el producto potencial -una heladera o cualquier aparato-, el FMI prestaría dinero como rueda de auxilio hasta que se restablezca el suministro.

Analistas creen que sin el FMI, será difícil mantener el dólar.

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Crédito: Presidencia

La estabilidad del tipo de cambio, clave en un año electoral.

Pese a que las menciones respecto a la evolución del tipo de cambio para este año fueron las grandes ausentes en el discurso de Alberto Fernández en la sesión inaugural del Congreso, la pregunta es: si el Gobierno tiene chances de extender la "paz cambiaria", clave en un año electoral con contexto inflacionario, en caso de que el acuerdo con el Fondo Monetario vuelva a dilatarse.

"En año electoral, con cepo, con la soja arriba de los US$ 500 la tonelada y con un Banco Central que tiene una cartera de AL30 en US$4300 millones nominales, el Gobierno tiene margen sin convalidar un salto discreto en el tipo de cambio oficial. Es decir, usando la misma estrategia que se vio en los años impares electorales (2011, 2013 y 2015) que es que el dólar oficial y las tarifas sean una semi ancla para tratar de que los salarios se recuperen contra la inflación", afirmó el economista de Eco Go, Federico Furiase, pero advirtió: "El problema es con qué brecha llega a octubre: sin nafta en las reservas del BCRA, sin acceso a los mercados financieros, con un desequilibrio fiscal importante".

Para el economista, con este escenario un acuerdo con el Fondo es clave: "Pero por política, en un año electoral nunca se iba a convalidar. Por eso no descarto que el Gobierno alcance un arreglo ligth; es decir, que se acerquen posiciones este año, pero que los efectos se vean recién en 2022", dijo.

La lectura del economista Gabriel Zelpo va más allá de las palabras del Presidente: "No me guiaría por el discurso. Independientemente de eso, lo importante es si se encaran los ajustes que el organismo les pide en un año electoral. Pero incluso, llegando a un acuerdo, la calma cambiaria no está garantizada", dijo.

Lorena Giorgio, de Econviews hizo foco en la brecha: "Si bien hay cierto margen para atrasar el dólar, el problema es que con una brecha del 60% la economía no puede funcionar normalmente. Al menos hasta mitad de año, el Gobierno tiene cierto margen para seguir con esta política de un menor crawling peg.No será gratuito que el Gobierno mantenga el tipo de cambio depreciándose a un ritmo menor que el de la inflación mensual", aseguró.

Con todo, las proyecciones de esta economista no son tan entusiastas como las del Ministro Martín Guzmán: "Si bien pensamos que el tipo de cambio avanzará un poco más lento que la inflación, estimamos una inflación del 50% y un tipo de cambio con un alza anual en torno al 43%, lejos del 29% y el 25% que remarca el Gobierno", dijo.