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 La Nación - Economía

Cuentas públicas: el déficit fiscal fue de 6,5% en 2020, el más alto desde los '90

En un año inédito por la crisis desatada por el coronavirus, el Estado cerró sus cuentas fiscales con un déficit de 6,5%, el valor más alto desde fines de la década del '90.Cuando se toma en cuenta también el costo del pago de intereses de la deuda, el rojo total fue de 8,5% del PBI.

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Este año Guzmán aspira a reducir la dependencia de los giros del Banco Central Crédito: Ministerio de Economía

En un año inédito por la crisis desatada por el coronavirus, el Estado cerró sus cuentas fiscales con un déficit de 6,5%, el valor más alto desde fines de la década del '90.Cuando se toma en cuenta también el costo del pago de intereses de la deuda, el rojo total fue de 8,5% del PBI.

Del total, 3,5% del producto bruto interno representó el gasto destinado a paliar los efectos de la pandemia, mientras que alrededor de 2,5% lo explican los subsidios a la energía y el transporte. Se trata de un aumento importante en relación con el año anterior, si se tiene en cuenta que en 2019 el gasto primario había sido cercano al equilibrio fiscal, de 0,44% del PBI.

En el detalle, la cuenta final del Estado muestra que el gasto fiscal representó un nivel récord de 24,3% del PBI (apenas por encima que 2015 y 2016) y que los ingresos alcanzaron el 17,9% del producto, muy por debajo del 18,1% del año anterior, pese a la caída brutal de la actividad. Esto fue posible por el alza y la creación de nuevos tributos (como el impuesto PAIS -que grava la compra de moneda extranjera- y la suba de alícuotas en Bienes Personales, por ejemplo).

La diferencia entre gastos e ingresos se cubrió casi en su totalidad con emisión monetaria. "Durante la primera mitad del año, los recursos netos que tuvimos fueron muy pocos. Y como no teníamos acceso al mercado de capitales, prácticamente la gran mayoría del déficit fue cubierta con asistencia del Banco Central en forma de utilidades o adelantos", indicaron fuentes del Ministerio de Economía.

Para este año, el equipo del ministro Martín Guzmán aspira a que la dependencia del Banco Central "se reduzca progresivamente en la medida en que avancemos en un proceso de consolidación fiscal y de profundización del mercado de capitales doméstico en pesos".

De hecho, según indicaron, del déficit financiero de 6% del PBI que proyectan para 2021, esperan que tan solo un 3,2% del producto provenga del financiamiento monetario, mientras que el 2,8% restante se cubriría logrando refinanciar y superar el total de los vencimientos de capital en pesos.

"Creemos que el financiamiento del Banco Central será de $1,2 billones este año, que es un monto ostensiblemente inferior al de 2020, que fue más del doble", dijeron en el Palacio de Hacienda.

A pesar de que el año terminó con un resultado fiscal inferior al déficit de entre 7% y 7,5% del PBI que proyectaban, en el Ministerio de Economía no esperan que esto se traduzca en un gasto menor al 4,5% del producto que proyectan para este año, y que genera preocupación en el mercado por la manera en que será financiado.

"No estamos modificando esa proyección por varias razones. Primero, porque estamos trabajando con una cuota de incertidumbre derivada de la situación sanitaria y económica, y podría ocurrir que tengamos que hacer frente a situaciones que no tenemos incluidas en el presupuesto", explicaron.

"Luego, porque es vocación de este Gobierno que el gasto público sea una herramienta que nos permita contribuir al crecimiento de la economía y a la creación de trabajo de calidad; queremos que el gasto público se mantenga o crezca en términos reales. Es un programa que resulta compatible con el nivel de recursos y la capacidad de financiarlo de una manera sana y consistente", agregaron.

Dentro de esa cuota de incertidumbre, además de lo que pueda pasar con la pandemia, en el Ministerio de Economía incluyen la situación de las tarifas energéticas, que es un decisión que quedó en manos de los interventores de los entes reguladores del gas y la electricidad.

"El gasto está dentro de lo esperado. El de capital se aceleró en diciembre en relación a los meses anteriores. Buena parte se justifica por el gasto Covid, por el congelamiento de tarifas y por las transferencias a las provincias, que se duplicaron también", explicó Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma.

"A priori, la baja del déficit de 6,5% a 4% no luce tan complicada, pero cuando se empieza a ver que no se actualizarán tarifas, que es un año electoral y que no todo el gasto por el Covid desaparecerá, ahí empiezan las dudas de que no será tan fácil ajustar todo el gasto", agregó.

Por su parte, el economista Fernando Marull indicó que el dato de diciembre fue un poco mejor a lo esperado, pero que todavía no se sabe cuánta parte del gasto del último mes se dejó de deuda flotante. "Falta saber cuánto no pagaron y lo harán durante este mes, que generalmente hace el Ministerio de Economía. La historia de 2020 es muy mala, deja un gasto público récord de 24,3% del PBI, un déficit financiero de 8,5% y una emisión monetaria del mismo nivel. Esto deja un desafío muy grande para 2021", señaló.