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 La Nación - Economía

Desequilibrio. El Gobierno modificará el presupuesto para convalidar un rojo de $2,2 billones. Fuerte ampliación que se cubrirá en gran parte con emisión

Con un creciente desequilibrio en sus cuentas, el Gobierno presentó modificaciones al Presupuesto 2020, con números que reflejan el impacto de la pandemia del coronavirus sobre la dinámica fiscal. En un proyecto enviado por el Ejecutivo al Congreso, se reconoce un incremento del déficit proyectado para 2020 en $1,21 billones, que se financiará con transferencias del Banco Central y mayor endeudamiento.

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El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo prevé que el déficit este año superará los $2,2 billones y superará el 8% del PBI; crece el gasto en transferencias y prestaciones sociales vinculadas con medidas para mitigar los efectos de la pandemia de Coronavirus

Con un creciente desequilibrio en sus cuentas, el Gobierno presentó modificaciones al Presupuesto 2020, con números que reflejan el impacto de la pandemia del coronavirus sobre la dinámica fiscal. En un proyecto enviado por el Ejecutivo al Congreso, se reconoce un incremento del déficit proyectado para 2020 en $1,21 billones, que se financiará con transferencias del Banco Central y mayor endeudamiento.

De esta forma, el Gobierno amplía el rojo fiscal estimado para todo el año, producto del incremento en sus gastos para mitigar los efectos económicos y sanitarios derivados de la pandemia de Covid-19. Según los números oficiales, el déficit primario estimado para este año asciende a $2,21 billones, monto que según estimaciones privadas supera el 8% del PBI.

El documento fue firmado el viernes por la noche por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, y luego enviado al Congreso para su tratamiento, en principio, mañana, junto a la Moratoria.

Estas modificaciones se aplicarán sobre un presupuesto de por sí excepcional: al no haberse aprobado el correspondiente a 2020, el Gobierno extendió por decreto el del año pasado y facultó al Jefe de Gabinete a realizar modificaciones y ajustes de partidas.

"El presente Proyecto de Ley que se remite a consideración de ese Honorable Congreso de la Nación prevé (...) la incorporación de diversos gastos no contemplados en el presupuesto vigente", plantea el documento presentado por el Ejecutivo.

En ese rubro se plantean las mayores ampliaciones, con un incremento de $1,86 billones en los gastos totales, especialmente en los corrientes. Esto implica un alza del 33% con respecto a lo estimado a comienzos del año, para llegar a un total de $7,4 billones.

Los incrementos están comprendidos en las transferencias corrientes (suben 54%); las prestaciones a la seguridad social (+31%) y los gastos de consumo (+20%). Este aumento considera, entre otros, los bonos y asignaciones como el IFE, bonos para beneficiarios de asignaciones, la asistencia a provincias, el programa ATP (para cubrir parte de los salarios de empresas privadas), los fondos para la Tarjeta Alimentar y el aumento en los subsidios a la energía, entre otros.

Entre las primeras, las modificaciones presentadas contemplan $694.602 millones en transferencias al sector privado (67% a familias, 31% a empresas) y $283.617 millones para el sector público, concentrado en provincias y municipios, empresas públicas y universidades.

En tanto, los gastos vinculados a prestaciones de la seguridad social (jubilaciones, pensiones, AUH, entre otros) tendrán partidas adicionales por $626.067 millones (aumenta un 31,2%). De esta forma, totalizarán $2,6 billones en todo 2020, monto que representa el 39,9% de todo el gasto primario del Estado Nacional.

En cuanto a los gastos de consumo, hay un incremento de las partidas por $129.458,4 millones (aumentan un 20%), destinadas a las remuneraciones de empleados ($104.387 millones) y a gastos en bienes y servicios ($25.048 millones). En lo que va del año, este es uno de los rubros con mayor ajuste: según los últimos datos oficiales, en junio los gastos de funcionamiento subieron un 13% en términos nominales frente a igual mes de 2019, frente a una inflación que superó el 40%.

En total, el gasto estimado por el sector público para todo 2020 se incrementa en un 39,2% frente al estimado a comienzos de año, para llegar a $6,6 billones.

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Para cubrir la creciente brecha entre los gastos y los ingresos, el Gobierno proyecta recibir más de $1 billón de pesos del Banco Central en concepto de transferencia de utilidades Fuente: Archivo - Crédito: Fernando Massobrio

La estimación de recursos también fue ampliada, aunque el incremento proyectado (17,2%) refleja el impacto de la crisis económica y la menor recaudación fiscal. Con las modificaciones presentadas, el Gobierno espera sumar $642.845 millones adicionales este año, para elevar el total de recursos disponibles a $4,4 billones.

Para cubrir los $1,2 billones de déficit fiscal adicional para el año, el Gobierno sinceró la utilización de dos herramientas a las que ya viene apelando: la emisión del Banco Central y la deuda. Según los documentos oficiales, se contempla una ampliación de la asistencia del BCRA por $1,01 billones, especialmente a través transferencias de utilidades. A su vez, se estima un incremento en el endeudamiento por $280.658 millones.

En el acumulado, el déficit primario en todo 2020 rondará los $2,2 billones. Si se considera, además, el pago de intereses de deuda, el resultado financiero arroja un saldo negativo de $3 billones.


El Gobierno amplía el presupuesto y vuelve a recurrir al Banco Central.

El Presupuesto de la Administración Pública Nacional de este año, prorrogado el del 2019, prevé un déficit primario, antes del pago de intereses, de $ 997.455 millones y un rojo financiero, con intereses, de $ 1.784.716 millones. Y el Gobierno envió un proyecto de ampliación del presupuesto vigente con un saldo negativo adicional de $ 1.216.738 millones. Así, por ahora, el déficit previsto alcanzaría los $ 3.001.454 millones, lo que equivale a entre un 8 y 10% del PBI. La mayor parte de este agujero se financia con transferencias de utilidades (contables) del Banco Central.

En tanto, al 30 de junio el déficit es de $1.000.980 millones y el rojo financiero de $1.274.901 millones. Por eso en el mensaje que acompaña la ampliación presupuestaria se señala que “transcurrido un semestre del ejercicio fiscal 2020, resulta propicio readecuar los recursos y gastos del Presupuesto vigente teniendo en cuenta que éste es prórroga del Presupuesto 2019 y destacando el actual contexto de emergencia social, económica y sanitaria a partir del cual se ha desplegado un paquete de medidas con el fin de mitigar el efecto de la pandemia COVID sobre la actividad económica, la producción, el empleo y el ingreso de las familias”.

Los gastos totales contemplados en la ampliación presupuestaria ascienden a $ 1.859.582,8 millones. Son todos gastos corrientes porque no se prevé el pago adicional de intereses por encima de los $ 787.416 millones autorizados en el presupuesto original. Y contempla la remisión de utilidades del BCRA al Tesoro Nacional por la suma de $ 1.017.737 millones. Sumadas las transferencias de enero-junio son $ 1.606.982 millones, al margen de los Adelantos Transitorios.

En el mensaje, el Gobierno señala que “el aumento de las erogaciones será financiado con mayores recursos tributarios y no tributarios respecto de los estimados en el presupuesto prorrogado, con un incremento de la remisión de utilidades del Banco Central de la República Argentina y, en menor medida, con fuentes financieras adicionales”.

De aprobarse esta modificación, los gastos totales ascenderían a $ 7.391.054 millones, los recursos tributarios y de capital a $ 4.389.599 millones, con un déficit de $ 3.001.454 millones.

El grueso de la ampliación de los gastos son para financiar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y el “salario complementario” pero también se destacan partidas destinadas a “subsidios a la energía” para mantener las tarifas de electricidad y gas natural y un refuerzo al “subsidio de transporte” para ser aplicadas al régimen de compensaciones tarifarias del Sistema Integrado de Transporte Automotor (SISTAU). Y transferencias directas a las provincias con un incremento del Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial en $ 50.000 millones.

Para el pago de los acuerdos y las sentencias favorables a los jubilados, se amplía en $ 6.000 millones la partida destinada a la ANSeS quedando en un total de $ 55.313.3 millones con los que se estima alcanzaría para unas 40.000 deudas judiciales retroactivas.

Para el economista Hernan Lletcher, de CEPA (Centro Economía Política Argentina), “el esfuerzo fiscal encarado por el Gobierno para hacer frente a los efectos negativos de la pandemia sobre la economía (IFE, ATP, etc.) y la caída de la recaudación por el freno en la actividad incrementaron la necesidad de encontrar fuentes de financiamiento para el gasto público porque la recaudación de impuestos está afectada por el nivel de actividad”.

Lletcher dice que por el lado de los ingresos habría que incorporar "el impuesto extraordinario a las grandes fortunas" aunque, por ahora, el Gobierno no presentó ningún proyecto. Y agrega que "se cuenta principalmente con los aportes del BCRA al financiamiento público, por el camino de adelantos transitorios y mediante transferencia de utilidades. Aunque se debe tener en cuenta que existen límites legales al financiamiento por este camino. Y por último queda la posibilidad de obtener financiamiento de mercado en pesos, en la medida que avance la normalización del mercado en moneda local. Una resolución favorable a la negociación de la deuda emitida en moneda extranjera aportaría un poco de aire, despejando la percepción de riesgo sobre los instrumentos del Tesoro Nacional, aunque hay que tener en cuenta que para obtener financiamiento neto por este camino se debería emitir nueva deuda en moneda local por encima de los vencimientos abultados en los próximos meses, por lo que el espacio para esta fuente de financiamiento también es limitado”.