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 Infobae - Economía

La recaudación impositiva registró otra fuerte caída de 16,2% en junio, por la extensión de la cuarentena. Megaemisión: el Gobierno busca evitar que vaya a la inflación y al dólar

La AFIP percibió a través de sus tres fuentes: DGI, Aduana y Dirección de Recursos de Seguridad Social, $545.963 millones, aumentó 20,1% en valores nominales, pero se contrajo fuertemente luego de restar el efecto de la inflación del 43% en los últimos 12 meses

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La fiscalización de la AFIP perdió efecto frente al derrumbe del consumo de las familias por el aislamiento y falta de productos que provocó la cuarentena extendida

En junio se volvió a verificar una caída real de la recaudación de los principales impuestos nacionales cobrados sobre las operaciones domésticas. Tanto en IVA como en Ganancias, aunque dio una tenue señal de no agravamiento, en el sentido que las caídas fueron menos abruptas que en abril y mayo, resaltan los economistas del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

Y destacan que más allá de la extensión de la cuarentena que el Gobierno nacional decretó a partir del 20 de marzo, aunque con cierta flexibilidad para algunas actividades del sector privado, pero que ahora volvió a restringir para el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), ?junio se caracterizó por contar con 3 días hábiles más que en junio de 2019?, pero esa ayuda estadística fue insuficiente para evitar una nueva caída real a ritmo de dos dígitos porcentuales altos, 16,2%, al aumentar apenas 20,1% en valores nominales, a $545.963 millones.

Se trató de la quinta baja consecutiva en términos reales a ritmo de dos dígitos porcentuales altos en comparación con un año antes en que la economía ya había ingresado en recesión, porque ahora, con la extensión de la cuarentena a 100 días que superó en junio y que se extendió a gran parte del corriente mes, en particular en los centros urbanos con más de 500 mil habitantes, se profundizaron los efectos contractivos del consumo de la producción, aunque en algunos sectores, como el de los bienes durables, como automotores y motos, que lograron superar los niveles de un año antes, por el atractivo que representó la baja en dólares de las unidades.

En los 10 meses posteriores a las PASO, la recaudación tributaria acumuló 8 con aumentos nominales muy inferiores a la tasa de inflación, de los cuales sólo los 4 últimos se explican por los efectos dañinos de la cuarentena extrema

La transición del aislamiento social a distanciamiento social que rehabilitó en gran arte del país la producción y el comercio atenuó en junio el efecto de la caída en el nivel de actividad sobre la recaudación tributaria. Como se observa desde el inicio de la pandemia creció el acogimiento a los distintos Planes de Facilidades de Pago por deuda corriente. Las modificaciones normativas y la ampliación de las herramientas disponibles para la regularización de obligaciones vencidas también explicaron dicho incremento, explica el informe del AFIP, habida cuenta de que en mayo la caída real había sido de 22,8 por ciento.

También contribuyeron a atenuar el efecto del pobre desempeño de IVA DGI, sobre la producción nacional, con un incremento nominal de 15,1%, casi 30 puntos porcentuales menos que la inflación, el estacional ingreso del saldo de Bienes Personales, por los pagos correspondientes a los vencimientos por tenencias de acciones y participaciones societarias, y el incremento en la alícuota previsto en la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, porque aportó un aumento nomina de 292%. Así como el Impuesto PAIS que generó $14.116 millones, y acumuló $47.705 millones desde su vigencia desde enero del corriente año.

En los 10 meses posteriores a las PASO, la recaudación tributaria acumuló 8 con aumentos nominales muy inferiores a la tasa de inflación, de los cuales sólo los 4 últimos se explican por los efectos dañinos de la cuarentena extrema que disparó la llegada de la pandemia del Covid-19 a partir del 20 de marzo, y la otra mitad por la falta de un plan económico que fuera capaz de cortar el ciclo recesivo que ya suma más de 30 meses.

Mientras tanto, minutos antes de difundir los datos de la recaudación de junio y el primer semestre, la AFIP, a cargo de Mercedes Marcó del Pont, comunicó la decisión de extender hasta el 31 de julio el plazo de adhesión a la Moratoria 2020 para micro, pequeñas y medianas empresas, monotributistas, autónomos y entidades sin fines de lucro. La normativa del organismo instrumenta la prórroga en los plazos del plan de regularización establecido el sábado pasado mediante la publicación en el Boletín Oficial el DNU 569/2020.

La AFIP reglamentó la extensión hasta el 31 de julio el plazo de adhesión a la Moratoria 2020 para micro, pequeñas y medianas empresas, monotributistas, autónomos y entidades sin fines de lucro

La decisión pretende asegurar que la adhesión al régimen no se vea afectada por la pandemia y torne eficaz la recuperación de la economía perseguida por la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva. La Moratoria 2020 permite que los contribuyentes regularicen deudas impositivas, de la seguridad social y aduaneras vencidas hasta el 30 de noviembre de 2019, destaca la oficina de prensa de AFIP.

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Aumento del déficit general

Las consecuencias negativas de tan pobre recaudación sobre las finanzas públicas provocada por la inédita crisis de actividad que provocó una cuarentena casi extrema para la movilidad de los trabajadores a sus fuentes de recursos a través del transporte público son, primariamente, tres:

1) sobre la Administración Central porque al mismo tiempo debió enfrentar mayor demanda de gasto social, y por tanto potenció el déficit fiscal;

2) las administraciones provinciales, porque la mayor baja de recursos se concentró en los impuestos coparticipables, es decir los que percibe la AFIP a través de la Dirección General Impositiva, pero que la mitad reparte entre las 24 grandes jurisdicciones en que se divide el país; y

3) sobre la red de 2.164 municipios de todo el país, que reciben una parte de los recursos tributarios de las provincias.

Hernán Letcher y Luciano Foggia del CEPA (Centro de Economía Política Argentina)recuerdan: el 89% del IVA (leyes 23.966 y 27.432), el 100% de los Impuestos Internos Coparticipables (Ley la masa coparticipable bruta se conforma del 100% del Impuesto a las Ganancias (Ley 20.628), 26.674), además de otros impuestos menores.

Sobre esa base, los economistas del CEPA estimaron una caída de los giros de la Nación al interior del orden de 12% en términos reales, las cuales se suman a las sendas disminuciones ajustadas por inflación de 11,5% en marzo; 18,7% en abril y 26,6% en mayo. En todos los casos respecto de los valores de iguales meses del año anterior.

El semestre finalizó con una recaudación tributaria total de $2,9 billones, subió 26,7% en valores nominales, mientras que se contrajo 14,5% en valores reales en comparación con similar tramo del año anterior

El semestre finalizó con una recaudación tributaria total de $2,9 billones, subió 26,7% en valores nominales, mientras que se contrajo 14,5% en valores reales en comparación con similar tramo del año anterior.

De ese total $1,1 billones fueron destinados a la Administración Central; $961.181 millones al conjunto de las provincias; $676.157 millones al Sistema de la Seguridad Social y el resto de $134.851 millones a partidas no presupuestarias. En los tres primeros casos significaron disminuciones ajustadas por inflación de 14% a 16% interanual.

Megaemisión: el Gobierno busca evitar que vaya a la inflación y al dólar

Megaemisión: el Gobierno busca evitar que vaya a la inflación y al dólar
La mega emisión monetaria que el Gobierno dispuso para contener los efectos económicos de la pandemia contuvo parte de la caída de la actividad pero puede ser la causa de una aceleración de la inflación en los próximos meses.

Sin embargo, fuentes oficiales confían que eso no ocurrirá y que el desarme de las Letras de Liquidez (Leliq) que tienen los bancos se puede canalizar en créditos productivos a privados.

Incluso, el financiamiento que consiguió el Tesoro Nacional entre mayo y junio mediante las licitaciones de distintas Letras y Bonos en pesos que pagan más que la inflación ilusionó a los funcionarios con que la normalización de la curva de rendimientos atrajo a los tenedores de la moneda nacional y fomentó la demanda de dinero, en lugar de ir hacia el dólar.

"El aumento en la cantidad de pesos en la economía encontró otros lugares a donde ir que al dólar. La demanda de dinero se está bancando el aumento de la liquidez pese al crecimiento de la oferta monetaria por el déficit fiscal", celebraron cerca de la Casa Rosada ante la consulta de El Cronista.

Por caso, el sector público accedió a financiamiento extra en los últimos dos meses. En mayo consiguió el 137% de lo que buscaba en el mercado y en junio un 92%, lo que le permitió a la Secretaría de Finanzas hacer frente a abultados vencimientos como el del Bono del Tesoro en pesos a Tasa de Política Monetaria (BOTAPO - TJ20) sin complicaciones.

El desplome en la velocidad de la circulación del dinero más que compensó el aumento en la cantidad de pesos que se volcó a la calle y es por eso que la inflación viene marcando leves descensos desde marzo, según las estadísticas oficiales.

Pero una vez que se liberen las restricciones de circulación de las personas y que haya un mayor grado de flexibilización de la cuarentena impuesta para disminuir la propagación de la Covid-19, en el Gobierno preparan las armas para enfrentar un aumento en los precios.

"Si tuviésemos que esterilizar más, lo haríamos. Pero tal vez no sea necesario. Si podemos resolver la deuda externa, la demanda de pesos va a aguantar y eso nos va a ayudar", comentan y prenden velas a un canje con alto grado de aceptación.

La situación no es para nada festiva, pero en el Gobierno se consuelan con que la recaudación tributaria no cayó tanto como esperaban.

Ayer la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) informó que la recaudación creció en términos nominales 20,1% interanual en junio; en el Palacio de Hacienda esperaban que se mantuviera estable nominalmente y que la caída en términos reales fuera mucho mayor.

Aunque salir del default "no resuelve todos los problemas", sí le agregará robustez a la actividad económica, creen en el Gobierno, y apuntan que se disiparían las presiones sobre la brecha cambiaria.

El stock de Leliq alcanza los $ 1,683 billones y la base monetaria está en torno a los $ 2,2 billones, según los datos más recientes del Banco Central (BCRA).

¿La emisión monetaria que se destinó para financiar el déficit fiscal requerirá de tasas de interés nominales tan altas que puedan frenar un rápido rebote de la economía?- consultó El Cronista en los despachos oficiales.
Apuntamos a tasas de interés reales positivas pero bajas. Queremos que los ahorros de las personas se canalicen en inversiones productivas y desde el Gobierno lo que no podemos hacer con las Leliq es administrar la rentabilidad de los bancos-, contestaron.