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 Clarín - Economía

Martín Guzmán y el FMI coincidieron en que tuvieron un encuentro "positivo"

La cita fue en Nueva York. El organismo enviará una misión en febrero a la Argentina para seguir con la renegociación. En su paso por Nueva York, Martín Guzmán fortaleció la idea de una propuesta agresiva y unilateral para los acreedores de la deuda

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Guzmán tendrá su segundo día de reuniones en EE.UU.

Tras reunirse el lunes con acreedores privados e inversionistas, el ministro de Economía, Martín Guzmán​, se reunió este martes con Luis Cubeddu, el jefe de la misión del FMI para la Argentina, para discutir la renegociación de la deuda con el organismo. A la salida de la reunión, de más de dos horas, Cubeddu le dijo a Clarín que fue un encuentro "extremadamente positivo".

“Tuvimos una buena conversación y vamos a comenzar a elaborar los pasos a seguir”, dijo Cubeddu, y agregó: "El encuentro fue bastante productivo, muy constructivo".

Guzmán tiene la misma mirada. "Continuamos dando pasos, es parte de un proceso para la reforma integral. Hablamos de la economía argentina y de la sostenibilidad de la deuda", le dijo a este diario el ministro, quien también adelantó que la semana próxima se reunirá en Italia con la jefa del FMI, Kristalina Georgieva. "La reunión fue muy productiva", completó el ministro.

Horas después del encuentro de este martes, el FMI emitió un comunicado en el que confirmó que su directora gerente, Kristalina Georgieva, se reunirá con Guzmán​ durante un evento económico que organizó el Papa Francisco, y que en febrero enviará una misión a la Argentina para continuar con la renegociación.

El venezolano Cubeddu se trasladó a Nueva York junto con Julie Kozak, directora adjunta del departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, para ver a Guzmán este martes por la mañana y poder comenzar a afilar en persona los planes de reestructuración del préstamo de 57.000 millones de dólares que el organismo pactó con el gobierno de Mauricio Macri​, de los que 44.000 millones ya han sido entregados. Los acompañó Sergio Chodos, el representante argentino para el Fondo.

Cerca de las 10 de Nueva York (dos horas más en Buenos Aires), Chodos y Cubeddu ya estaban en el consulado argentino en Nueva York listos para comenzar el encuentro. Poco después llegó Guzmán y comenzó la reunión.

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Sergio Chodos representante argentino ante el FMI llegando al consulado en Nueva York. / Adriana Groisman

Cubeddu tiene contacto fluido por Whatsapp con el ministro, pero será la segunda vez que se vean personalmente. Se conocieron en una reunión secreta en Washington en noviembre, cuando todavía no había trascendido la designación del economista platense como ministro.

Guzmán se había reunido el lunes con un funcionario del Tesoro estadounidense –ante la consulta de Clarín el ministerio no quiso revelar el nombre del representante-, que viajó a Manhattan para empaparse de los planes del Gobierno para pagar la deuda.

El apoyo del gobierno de Donald Trump​ en el directorio ejecutivo del Fondo es fundamental, ya que Estados Unidos, dado el tamaño de su economía, tiene un poder de voto clave. De hecho, Macri disfrutó de un respaldo crucial del Tesoro para obtener el préstamo más grande de la historia del organismo.

El Gobierno ya ha dicho que no quiere más dinero del Fondo y que buscará aplazar los vencimientos porque primero quiere que la economía del país crezca para después poder pagar. También tiene que reperfilar la deuda con los bonistas, aunque aún no está claro cuál es el plan, la oferta ni la secuencia. Funcionarios del Fondo ya expresaron que las primeras medidas de Fernández fueron “positivas” para estabilizar la economía, pero aún no ven un programa general en base al cual negociar.

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Martín Guzman llega al Consulado Argentino en Nueva York.

En su primer día en New York, Guzmán se reunió el lunes en el Consejo de las Américas con acreedores privados, inversionistas, banqueros y representantes de calificadoras de riesgo. En ese encuentro, el ministro expuso los lineamientos generales del plan de Alberto Fernández, pero no ofreció los detalles que la audiencia esperaba, como una clara hoja de ruta sobre el reperfilamiento de la deuda y el plan económico para pagarla. Según dijeron los asistentes consultados por Clarín, no hubo demasiadas novedades y no se mostraron los números, por ejemplo de las metas fiscales y la inflación.

El presidente Alberto Fernández dijo el domingo que la Argentina “necesita una definición medianamente rápida sobre el problema de la deuda”, pero tanto el Fondo como los inversionistas buscan señales claras del Gobierno sobre cómo será la renegociación y el futuro plan económico.

Guzmán llegó a Nueva York luego de que los acreedores de la provincia de Buenos Aires rechazaran la propuesta del gobernador Axel Kicillof y se extendiera el plazo para reestructurar la deuda al 5 de febrero. Esta estrategia está coordinada con la nacional, dijo el ministro.

En la reunión del Consejo de las Américas, Guzmán dijo que la Provincia había logrado una adhesión del 26% en lugar del 75% que buscaban. El representante Chodos señaló luego que Guzmán había dicho que la provincia había logrado una “rápida primera adhesión”, pero que también hay bonistas que todavía “no han mostrado una posición constructiva”. Si la propuesta no prospera, Guzmán advirtió que eso podría generar “un cambio en las reglas de juego”.

Wall Street interpreta que el Gobierno busca una apuesta agresiva con los privados, lo que podría llegar a una complicada negociación que se extienda más allá del 31 de marzo, fecha para la que el Presidente dijo que espera tener todo el tema de la deuda solucionado.

Por otro lado, la breve gira por Nueva York del ministro de Economía, Martín Guzmán, no despejó las dudas de los tenedores de bonos de la Argentina pero podría haberle servido para acercar posiciones con el Fondo Monetario Internacional, un protagonista ineludible de la reestructuración de la deuda más allá del discurso oficial.

Los inversores no parecen haber quedado satisfechos con la presentación del plan económico brindada por el ministro mientras subyace el riesgo de que el gobierno se incline por una propuesta agresiva, y tal vez unilateral, a medida que se acerca la fecha límite del 31 de marzo.

El eje central del viaje pasó por un encuentro cara a cara con banqueros, inversores y empresarios celebrado el lunes por la mañana en el Council of the Americas, el think tank liderado por Susan Seagal, de buena llegada al gobierno argentino.
  
Seagal puede darse por satisfecha como organizadora. Un asistente estimó ante Infobae que en ese salón estaba representado no menos del 40% de la deuda argentina. Ejecutivos de bancos y fondos de inversión como HSBC, Citi, JP Morgan, Bank of America, BlackRock, Templeton y Merrill Lynch se dieron cita, al igual que empresarios argentinos, como Eduardo Eurnekián.

El clima fue de cierta decepción por la falta de precisiones del ministro en ambos terrenos. Varios de los participantes del encuentro dejaron en claro que esperaban definiciones que nunca llegaron acerca de cómo hará el gobierno para volver al sendero del crecimiento económico.

El exclusivo auditorio valoró que Guzmán se mostró calmo y aplomado, exhibiendo solidez en el plano teórico. Según explicaron algunos asistentes, realizó varias apelaciones a que haya una negociación de buena fe que permita la sostenibilidad de la deuda a través de la implementación de un plan integral. Pero no dio certezas de ninguna clase sobre qué sendero fiscal seguirá el gobierno en los cuatro años que tiene por delante. Y la mayoría de las preguntas que recibió apuntaron hacia ese terreno.

Guzmán planteó que la economía argentina todavía está en una etapa de emergencia que dará paso a una segunda, en la que se podrá crecer. El problema de esa visión, explican los acreedores, es que el único dato que se conoce, ratificado por el ministro en Nueva York, es que el gobierno se mantiene rígido en cerrar la negociación con los acreedores privados antes del 31 de marzo.

Esa rigidez hace creer a algunos de ellos que el gobierno aspira a presentar una oferta en forma unilateral cerca de esa fecha, de manera de que haya poco tiempo para discutirla o negociarla y que muchos se vean forzados a una aceptación. Un default que termine en litigios, se sabe, no es buen remedio para ninguna de las partes.

Siguiendo ese hilo, creen que la decisión del gobernador Axel Kicillof con el bono BP21 solicitar un diferimiento contrareloj, a pocos días del vencimiento puede significar un anticipo de la estrategia en el plano de la deuda nacional. En el caso de la provincia de Buenos Aires, Guzmán explicó que hasta ahora Kicillof reunió una aceptación baja; lejos del 75% que necesita. Este punto ameritó otra referencia a la buena fe.

Algunos acreedores creen que el gobierno aspira a presentar una oferta en forma unilateral cerca del 31 de marzo, de manera de que haya poco tiempo para discutirla o negociarla y que muchos se vean forzados a una aceptación 

Son sordos. Y esa sordera puede ser muy peligrosa, explicó un ejecutivo caminando sobre Park Avenue, al salir de la reunión del Council of the Americas. No pueden venir a pedir buena fe, imponer un plazo y no dar ningún número de su plan fiscal, dijo al borde del enojo.

Si un inversor compró hace dos años un bono a la par que hoy vale 22 centavos, ya asumió su pérdida y sabe que lo van a rollear con otro bono. Ese inversor, por lo menos, quiere saber qué plan fiscal se va a seguir para poder cobrar ese nuevo título. Pero siguen sin explicar nada y el tiempo corre, agregó.

Una definición del ministro que causó inquietud llegó cuando se refirió a la posibilidad de que los acreedores no se muestren favorables a las propuestas del gobierno. En ese caso, afirmó, podrían aparecer otras propuestas que implicarían cambios en las reglas de juego, dijo Guzmán. Para algunos de los presentes, esa señal sonó a una advertencia de decisiones unilaterales.

La reunión fue el primer contacto personal de Guzmán con el FMI desde que es ministro. Tuvo lugar en el Consulado argentino en la helada mañana del martes. Fue calificada como constructiva y positiva desde ambas partes

Uno no puede pretender que un gobierno adelante cuál va a ser su estrategia de negociación, por supuesto. Pero tampoco es posible que la única estrategia sea el silencio. No hay agenda, no hay asesores que intermedien, no hay negociación, señaló, con decepción, un representante de un banco de inversión.