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Foto de archivo. Operadores bursátiles trabajan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, en Argentina. 2 de septiembre de 2019.

Mientras avanzan los proyectos de ley ómnibus en el Congreso y se espera la aprobación en Diputados en la jornada de hoy, los inversores observan con optimismo las novedades del gran paquete de medidas. La principal conclusión de los principales bancos de inversión en Wall Street es bastante coincidente: el Gobierno es consciente de las restricciones presupuestarias y avanzó con un ajuste fiscal que sólo sería posible en el arranque de una nueva gestión presidencial.

El riesgo país tuvo su segunda baja consecutiva y finalizó por debajo de los 1.900 puntos básicos. Algunos bonos en dólares subieron más de 7% y las paridades en la mayoría de los casos quedaron al borde del 45%. Esto significa que hay más optimismo respecto al proceso de renegociación de la deuda que se avecina. Todavía, consideran, queda un espacio bastante amplio de mejora si es que se da el escenario de un canje no tan agresivo de la deuda.

Las acciones también operaron con subas importantes y confirmaron el buen momento de los activos locales. En Nueva York las subas fueron generalizadas: el ADR de Banco Macro fue uno de los que dio la nota al ganar 6%, pero el resto de las acciones bancarias e incluso las energéticas tuvieron subas del 3% al 5%.

El paquete de leyes resultó mucho más duro fiscalmente de lo que vaticinaban la mayoría de los analistas tanto locales como en Nueva York. La gran pregunta ahora no pasa tanto por la cuestión fiscal, sino por las verdaderas chances de que la economía argentina vuelva a crecer

El ministro de Economía, Martín Guzmán, hizo hincapié al presentar las medidas que la cuestión fiscal era relevante, ante la imposibilidad de financiar el agujero fiscal con deuda. El único camino que queda es, por lo tanto, la emisión de dinero por parte del Central, pero las autoridades económicas ya dejaron en claro que utilizarán esa herramienta con prudencia.

También fue tomado positivamente que el Tesoro coloque una letra intransferible por más de USD 4.700 millones al Central. Con las reservas que obtenga se supone que hará frente al pago de deuda que tienen por delante, al menos en los próximos meses. Así, se ganaría tiempo para avanzar con la renegociación al tiempo que se evita caer en un default total.

El paquete presentado por el Gobierno incluye distintas medidas que procuran mejorar los ingresos del sector público: aumento de retenciones, suba de alícuota de Bienes Personales, nuevo impuesto para las operaciones en dólares y compra de divisas, suspensión del Consenso Fiscal con los gobernadores, ajuste en impuestos internos para venta de cero kilómetro son algunas de ellas.

Crecieron las expectativas de un acuerdo bastante rápido de la deuda, sin caer en default. Pero la respuesta que buscan los mercados es si habrá margen para una propuesta relativamente ?amigable?

Claro que por otra parte también habrá un aumento de gastos, sobre todo en bono a jubilados, la AUH y la nueva tarjeta alimentaria. Pero todo indica que el aumento de las erogaciones estaría más que compensado por una suba de los ingresos fiscales. Si esto es así, el déficit primario que dejó el gobierno de Mauricio Macri quedaría igual o incluso podría caer en 2020.

La reestructuración de la deuda quedará luego de estas medidas en el centro de la escena. Según dijo el propio Guzmán, es imprescindible avanzar en forma exitosa con la renegociación para que la Argentina pueda retomar el camino del crecimiento. Esa será la verdadera prueba de fuego. Más allá de alguna recuperación tenue en el verano producto de los aumentos puntuales que se otorgarán, luego habrá que sostener la reactivación y generar recursos genuinos para que el país pueda hacer frente al nuevo perfil de deuda que surgirá tras la reestructuración.

Por ahora, la respuesta de los mercados fue optimista, incluso más de lo que la mayoría de los analistas vaticinaba en la previa. Pero después de fin de año se observarán las señales concretas que surjan del equipo económico para avanzar con el tema de la deuda. Y allí se verá qué posibilidades hay de avanzar con una reestructuración amigable.