Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de EEUU

Enfrentada a un horizonte oscurecido por incertidumbres, y bajo ataques y reclamos del presidente Donald Trump, la Reserva Federal de EEUU se encamina hacia un nueva rebaja de las tasas de interés esta semana, en una reunión que comienza este martes y concluirá el miércoles con una conferencia de su titular, Jerome Powell.

Aunque Powell no ha dado señales claras desde que anunció en julio el primer recorte de tasas en más de una década, ahora dio indicios de que se avecina otra rebaja de los intereses. En discursos y apariciones públicas, Powell prometió que la Fed "actuará apropiadamente" para preservar el crecimiento económico de Estados Unidos.

Si bien la economía norteamericana está en "buen lugar", igualmente Powell advirtió sobre "significativos riesgos", entre ellos una inflación obstinadamente baja y una guerra comercial cuyo fin no se avizora.

Son varios los frentes que impulsan a un recorte de mayor magnitud. Los insistentes reclamos de Donald Trump se renovaron con el ataque a la principal refinería de petróleo de Arabia Saudita, que sembró nerviosismo en los mercados mundiales.

Además, días atrás, el Banco Central Europeo anunció un paquete de estímulo que enfureció al presidente, quien considera que la deuda estadounidense debería ser siempre la más barata, o incluso con tasas negativas.

Sin embargo, precedentes históricos sugieren que es probable que la Fed mantenga su plan de reducir en un cuarto de punto porcentual las tasas de interés y no dé un paso más allá.

La Fed ha respondido a otras crisis en el pasado, entre ellas los ataques terroristas de septiembre de 2001 y el colapso del mercado durante el "Viernes Negro" en la década de 1980. Pero en ese entonces actuó para abordar los problemas de los mercados financieros, que corrían el riesgo de crear inconvenientes más amplios.

La abrumadora mayoría del mercado da como un hecho el anuncio de la decisión, esperado para el miércoles. Y además, el mercado considera probable al menos otro recorte antes de fin de año.

Kathy Bostjancic, analista de Oxford Economics, dijo a la AFP que esa consultora espera tres rebajas más este año, lo que en los hechos significa una en cada una de las reuniones de la Fed que quedan en 2019. "Es bueno que la economía no esté cayendo ahora", dijo, "y por eso es un buen momento para dar algunos estímulos".

El edificio de la Reserva Federal, en Washington 

¿Por qué cortar ahora las tasas si el empleo está en auge, el gasto de los consumidores es resistente, la inflación es baja, los salarios suben, el crecimiento del PIB parece mantenerse y la confianza de empresas y personas se ha suavizado pero sigue siendo alta?

Para empezar, lo único que sostiene hoy a la economía estadounidense es el gasto de los consumidores, el cual responde por dos tercios del PIB. Pero cuando se debilite, la recesión podría haber comenzado.

La contratación de empleados sigue siendo sólida pero crece menos. Las inversiones de las empresas están moribundas. Las exportaciones se debilitan. Y el sector manufacturero está en recesión. Y entretanto, el crecimiento mundial se está debilitando.

A su vez, Trump podría no saber cómo terminar su guerra comercial con China, la segunda economía del planeta, que lleva 18 meses. Los aranceles más elevados y la incertidumbre son un riesgo y ya están dañando a la economía estadounidense. En agosto se perdieron unos 11.000 empleos por el pleito con China, según un estudio.

Desde la reunión de finales de julio de la Reserva Federal, Trump disparó en promedio un tuit contra la Fed y Powell cada 22 horas y en muchos de ellos descalificando severamente a miembros de la entidad, según un análisis de AFP de la cuenta de Twitter del presidente. El pasado miércoles, Trump tildo de "estúpidos" a los miembros de la Reserva Federal, un hecho que contrasta con el habitual respeto de la Casa Blanca hacia la independencia del organismo.

"No creo que ellos (los miembros de la Fed) piensen demasiado en eso", dijo Joseph Gagnon, un execonomista de la Fed que trabaja ahora para el Instituto Peterson de Economía Internacional. "Trump está feliz de tener un chivo expiatorio para cuando algo salga mal", dijo.