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 La Nación - Economía

Crisis. Medidas urgentes que buscan sumar dólares y reducir la presión de los pesos. Suba del dólar oficial en una estrategia para controlar la brecha

En un marco de incertidumbre por las limitaciones al "dólar ahorro", las trabas para importar y la decisión de obligar a empresas a renegociar sus deudas, el Gobierno lanzó un paquete de medidas para intentar convencer a los argentinos para que apuesten a peso y vendan sus dólares. El objetivo de corto plazo es claro: evitar una brusca devaluación. La pregunta que se abrirá en los próximos días es si esa meta de menor alcance -más allá del instrumental- devuelve a la economía una confianza que la política derrocha.

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El ministro de economía, Martín Guzmán Fuente: Archivo - Crédito: Santiago Filipuzzi

En un marco de incertidumbre por las limitaciones al "dólar ahorro", las trabas para importar y la decisión de obligar a empresas a renegociar sus deudas, el Gobierno lanzó un paquete de medidas para intentar convencer a los argentinos para que apuesten a peso y vendan sus dólares. El objetivo de corto plazo es claro: evitar una brusca devaluación. La pregunta que se abrirá en los próximos días es si esa meta de menor alcance -más allá del instrumental- devuelve a la economía una confianza que la política derrocha.

El set de iniciativas que Martín Guzmán, Matías Kulfa y Luis Basterra presentaron en Casa Rosada muestra además dos temporalidades, según las urgencias existentes. Una apunta a los grandes exportadores agroindustriales para que liquiden antes de fin de año parte de sus dólares y busca contener la sangría de reservas que pierde día a día el Banco Central (BCRA).

Otra, en cambio, apuesta a una agenda de mediano plazo con planes productivos para reactivar el mercado interno, pero también para sumar divisas en el futuro. Allí el equipo económico pone el acento en programas de exportación, principalmente de sectores (carnes, vinos, economía del conocimiento, automotriz, petróleo y gas, foresto industrial, textil, calzado, minería y metalmecánica), vinculados a la agregación de valor industrial.

Las medidas se apoyan en el Presupuesto 2021 que busca "tranquilizar a la economía" ante las críticas por la ausencia de un plan, hoy transformado en "hoja de ruta" por el ministro de Economía. Además, el BCRA presentó un sendero de política monetaria para bajar los temores sobre la impresión de billetes. Dio a entender que el tipo de cambio es competitivo pero que tendrá "más juego" y buscó sumar anzuelos de tasas para seducir a inversores.

El costo fiscal de las medidas fue desplazado como preocupación por la emergencia que produce la caída de reservas. Ese déficit primario, ahondado abruptamente en medio de la pandemia, será evaluado por la misión "informal" del FMI, que comenzará el próximo martes en Buenos Aires. Ese rojo es observado además con atención en las empresas, donde se espera el proyecto para subir impuestos de Guzmán y se mira con mucha preocupación el impacto del "aporte extraordinario" que impulsa la bancada del kirchnerismo más duro en el Congreso.

El Gobierno necesita dólares ya. La rebaja de tres puntos (de 33% a 30%) de retenciones para los exportadores sojeros en octubre y su aumento de forma escalonada (a 31,5% en noviembre, 32% en diciembre y 33% en enero), afirman los exportadores, es aún "insuficiente" para incentivar una venta masiva de divisas de acá a fin de año, sobre todo en momentos de creciente brecha. Allí niegan haber sellado un acuerdo extraoficial. También habrá rebajas para el aceite de soja crudo y refinado, para la harina y el biodiesel (este último baja de 30% a 26% en octubre para llegar al 29% en enero de 2021).

Para los productores -dicen en las entidades del campo- una medida temporal no genera certidumbre en base a las inversiones requeridas en el largo plazo frente a las expectativas que existen actualmente con el dólar. Guzmán anunció que los pequeños sojeros recibirán compensaciones -en un esquema progresivo- de hasta $11.550 millones.

La baja de derechos a la exportación para la minería ya estaban en la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, pero nunca fueron reglamentadas (bajarán de 12% a 8%). En ese sector, como en el energético (en el que lanzarán el llamado Plan Gas para impulsar precios mínimos), produce más inconvenientes la obligación impuesta por el Gobierno a la reestructuración de las deudas en dólares.

Los planes de mediano plazo para mejorar exportaciones tienen un corte industrialista, mientras que los proyectos para incentivar la construcción (diferimento del pago de Ganancias y exención de Bienes Personales) difícilmente sean mejores que la actual brecha cambiaria para impulsar el sector. Todos los planes para empujar exportaciones -en una Argentina de baja competitividad y alta presión impositiva- apuntan al agregado de valor. También tendrán costo fiscal, si finalmente se efectivizan. En la UIA ya habían cuestionado que iniciativas impulsadas por Kulfas habían sido frenadas por Guzmán por ese motivo (la reposición del decreto 814).

Para la industria, en un primero momento, habrá bajas de los derechos de exportación de los bienes finales industriales a 0% y de los insumos elaborados industriales, al 3%. Estaban en tres pesos por dólar licuados por la inflación. En el caso de automotriz, la rebaja al 0% de bienes finales es solo para las exportaciones automotrices incrementales por fuera del Mercosur. También se anunciaron mejoras en reintegros (será en función del valor agregado, de bienes finales industriales a 7% y de insumos industriales, a 5%). En el sector esperan la letra chica, por producto. Celebraron el anuncio, pero temen que brecha ahogue las mejoras.

Luego del endurecimiento del cepo cambiario, el BCRA presentó en sincronía un set de iniciativas para impulsar el ahorro en pesos a "tasas reales positivas" en medio de una enorme inyección de moneda (la base monetaria este año podría triplicar la que existía a fines de 2019, según los privados). Hoy todos esos pesos buscan dólares. La idea de la entidad que conduce Miguel Pesce es reconducir ese apetito -o temor- inversor. Por ejemplo, los instrumentos dollar-link, algo ya anunciado. El instrumento será el BOTE vinculado al dólar.

"Se reafirma la estrategia de sostenimiento de la estabilidad del tipo de cambio real, que se considera en línea con el objetivo de acumulación de reservas internacionales", estimó el BCRA en un comunicado. "En el marco de la estrategia de flotación administrada, el ritmo de depreciación diario se adecuará en forma gradual a las necesidades de la coyuntura, de modo de evitar efectos no deseados sobre la competitividad, los precios internos, la evolución de los activos y pasivos y la distribución del ingreso", dijo, que aclaró que el cepo es "transitorio".

"El BCRA redoblará sus esfuerzos en pos del desarrollo de instrumentos de ahorro e inversión que permitan a los argentinos obtener rendimientos positivos no solo respecto de la evolución de la inflación, sino también con relación a la evolución del tipo de cambio", señaló, y cerró: "La mencionada necesidad de responder a las demandas de la pandemia ha generado un incremento importante de la liquidez. El BCRA monitorea atentamente la evolución de los agregados monetarios y actuará a través de las herramientas disponibles".

La incógnita es si esos incentivos de tasas y los anuncios productivos lograrán inducir cambios en momentos en que crece la expectativa de devaluación -el mercado prevé una inflación mayor en 2021 que en 2020- y en tiempos en que la política sólo suma desconfianza.

BCRA anunció suba del dólar oficial en una estrategia para controlar la brecha

El Banco Central anunció que abandonará el mecanismo de devaluación uniforme "para introducir mayor volatilidad", en lo que el mercado entendió como una aceleración del ritmo de devaluación, lo que venía pidiendo una parte del equipo económico, para tratar de achicar la brecha cambiaria.

El Central informó que en la apertura del mercado colocará una postura de venta a $ 76,95 por dólar, una variación de $ 0,70 (0,918%) respecto de hoy. 

El ritmo del "crawling peg" del BCRA marchaba a un ritmo de 30% anual, a razón de siete centavos de peso por día, que ahora manejará con nuevo criterio. En los mensajes del Central y de Martín Guzmán se señaló en todo momento que se buscará la competitividad del tipo de cambio y situarse por encima de la inflación.

El Central advirtió que la decisión "no representará un patrón de comportamiento ni significa que se devaluará diariamente este porcentaje o este valor nominal".

En paralelo con los anuncios que en la Casa Rosada realizaba el ministro de Economía, Martín Guzmán, en procura de estimular la liquidación de dólares del campo, la autoridad monetaria pegaba un cambio de rumbo en sus decisiones.

Este paso hacia una nueva flotación administrada estará acompañada de otras decisiones, que el Central explicitó en un documento de actualización.

En él señaló que utilizará su capacidad de intervención a través de operaciones de mercado abierto, con lo cual podrá intervenir en el mercado de bonos para hacer bajar el contado con liquidación, al vender parte de su cartera de bonos en dólares.

La mala noticia es que esto podría producir una baja en el precio y, en consecuencia, un ascenso en el riesgo país.

El Central fijó una postura acerca de la vigencia del cepo cambiario. Dijo en el documento de política que "las regulaciones sobre el mercado de divisas buscan evitar desequilibrios temporales que pudieran afectar la posición de reservas internacionales", y que "son un instrumento necesario para la coordinación de las decisiones individuales mientras se avanza en la mejora de la situación fiscal, externa y monetaria".

Y mientras proclamaba que "trabajará activamente en esta coordinación durante la transición para evitar los impactos negativos sobre la actividad productiva", luego anticipó que en materia de inversión extranjera directa permitirá el acceso al MULC para repatriar dólares. Pero lo permitirá al año de concretada la inversión.

"Se busca en el mediano plazo regulaciones macroprudenciales compatibles con la dinamización de los flujos de capitales orientados a la economía real", justificó.

Anoche también anunció que modificará la tasa de los pases pasivos a un día de plazo para ubicarla en el 24%, lo que implica un incremento de cinco puntos porcentuales respecto del nivel vigente de 19%.

En simultáneo -dijo-, la política monetaria administrará el stock de Leliq en vistas de minimizar el impacto de la decisión sobre el costo de esterilización habida cuenta del déficit cuasifiscal que está generándose a partir de estas colocaciones remuneradas de las entidades en el BCRA. 

Análisis
"Buscan que cambie el mix entre pases pasivos y Leliq como una forma de bajar el costo de esterilización. En el promedio de setiembre (sumando Leliq más pases), el 72% fueron Letras y el 28% pases. Se supone que ese mix se modificará al hacer más atractivos los pases", estimó Andrés Méndez, titular de AMF Economía.

Además, anticiparon que se redoblarán esfuerzos para desarrollar instrumentos de ahorro e inversión con rendimientos positivos respecto de la inflación y de la evolución del dólar.

Amílcar Collante, de Cesur, esperaba desde el BCRA medidas más agresivas, como una suba significativa en la tasa de interés y algun horizonte temporal respecto del plan monetario y cambiario.

Gustavo Neffa, de Research for Traders, hace hincapié en que el tipo de cambio oficial, si bien es alto, no es competitivo, porque las retenciones siguen siendo altas al bajarlas sólo del 33 al 30%, por lo cual no propician condiciones favorables para incentivar la exportación de esas divisas: De los u$s 10.000 millones sin liquidar, se podrían llegar a liquidar entre u$s 1000 y u$s 2000 millones de máxima, calcula.

Para Alejandro Banzas, de Reporte Económico, la apuesta del gobierno de achicar la brecha y achicarla con el tiempo resulta complicado porque el trade off está entre el nivel de actividad y el impacto que puede llegar a tener una devaluación, por lo cual sería importante acelerar un acuerdo con el FMI.

En cuanto a los incentivos para colocar en pesos, lo que Méndez advierte es una baja de la demanda de dinero: en setiembre se notó una baja de la demanda de pesos, que se acentuaron después del anuncio del súper cepo.

A su juicio, tendrían que inducir al campo a liquidar ahora, desalentando a quienes dilatan las liquidaciones, pues necesitan dólares ya. Resulta difícil hacerle entender al que liquida a $ 60 que es competitivo cuando el dólar libre está en $ 145.

Es difícil prever el impacto real, pero parece insuficiente, aunque hay que reconocer que por primera vez el gobierno aceptó que bajar las retenciones es un camino para estimular la producción y la exportación, revelan en el sector agropecuario.

La falta de confianza juega en contra, es una medida aislada, la brecha cambiaria es el principal efecto adverso, en otros tiempos ha habido medidas así, pero acompañados con otras que le da seguridad al que liquida divisas, como letras en dólares a 180 días, detallan.

Hay que entender que es un contexto muy débil, muy volátil, siempre hay situaciones de especulación contrarias, pero tiene que haber un solo tipo de cambio y otra política, los dólares tienen que ser buscados por todas las economías regionales, no sólo por parte de la soja, explica un dirigente rural.